Se busca una vivienda compacta y económica para un solar muy arbolado en su perímetro, pero falto de referencias geométricas o naturales en la zona de implantación de la construcción. A este hecho se reacciona imponiendo una forma que, manteniendo la compacidad, genere distintas situaciones de sombra sobre las fachadas a lo largo del día. 

Esto sucede en planta, atirantando los vértices del perímetro de la vivienda, y en altura, elevando distintamente los cuatro puntos que definen la cubierta. La estrategia evita, por un lado, generar fachadas planas y monótonas y, por otro, resolver la requerida cubierta inclinada con un solo gesto.

La materialidad será tradicional, con fachadas encaladas que refuercen la plasticidad de la forma y acabados en barro propios de la zona.