El proyecto plantea una edificación de geometría ortogonal definida por dos volúmenes correspondientes a la planta baja y primera, que albergan los usos de día y de noche respectivamente.

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Éstos se ordenan de manera que se garantice la privacidad desde la calle y desde la parcela colindante. La planta baja se materializa como un paralelepípedo alargado, dispuesto en paralelo al lindero vecino. Queda prácticamente ciego hacia la trasera, relacionando las estancias principales con las vistas del lindero noreste, hacia el suelo no urbanizable, a través de un porche en toda su longitud. En esta planta se distribuye el vestíbulo de entrada, a doble altura, y el resto de usos diurnos de la vivienda.

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La planta alta se ordena en perpendicular a la baja, en paralelo a la calle, y se formaliza como otro  paralelepípedo alargado. Programáticamente, se divide en dirección longitudinal, disponiendo dormitorios y baño principal hacia el interior de la parcela, y el resto de núcleos húmedos y vestidor hacia la calle. Análogo al de la planta baja, niega las vistas hacia el vial, abriendo únicamente los huecos necesarios para la iluminación y ventilación de los núcleos húmedos, y quedando altamente acristalado hacia las vistas, en sus fachadas noreste y suroeste. En estas fachadas se disponen terrazas en relación dormitorios.

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El volumen de planta primera apoya en el de planta baja, punto donde se genera el vestíbulo, y en soportes estructurales que definen un espacio de estar-comedor cubierto, pero no cerrado. Éste espacio se protege de las vistas a la calle mediante una celosía, quedando completamente abierto hacia el interior de la parcela.