La casa patio cordobesa se articula en torno a un patio que relaciona los distintos usos y espacios de las estancias que recaen a él. La primera decisión de proyecto es generar un patio de relación vecinal entre los dos bloques, donde se despliegan las actividades comunitarias y se vuelcan a él las zonas diurnas de las viviendas, propiciando encuentros y relaciones vecinales en el conjunto residencial. Este patio central de relación comunitaria se rebaja de cota con respecto a la entrada a las viviendas, permitiendo que el sótano de aparcamientos tenga iluminación y ventilación natural.

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La unidad de vivienda retoma este concepto de casa patio en la pequeña escala, dotándose de una amplia terraza-patio que constituye un espacio entre lo privado y lo semipúblico, entre vivienda y urbanización. La cocina y el salón se articulan y relacionan entre si por medio de este espacio protegido de la lluvia y el sol. Al otro lado de la vivienda se dispone de la zona de noche, más privada: dormitorios, baño y aseo, estructurados por un distribuidor que integra las funciones de vestíbulo y pasillo.

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El proyecto varía la disposición de las viviendas entre las plantas pares e impares, generando en las fachadas un efecto espacial dinámico y rico en contrastes. Este efecto se consigue con recursos formales mínimos, ajustados económicamente a las condiciones de la vivienda protegida. En la fachada interior "la principal", las terrazas- patio se recortan sobre el plano de fachada, que no presenta ningún otro hueco. La disposición  de las terrazas- patio se invierte entre una planta y la siguiente, provocando el movimiento de la fachada.